Salió Agenda Parque Patricios N° 3
Con una nota (parte 1) sobre los diez años del Foro de la Memoria, otra sobre la espera --no se trata de Esperando a Godot, sino al boom inmobiliario, y con una reflexión del maestro Yeyé Sandoval, vinculado al Teatro de la Goma y la Murga Pasión Quemera, con todo eso, entre otras cosas, sale un nuevo número de Agenda Parque Patricios.
Se lo consigue en las calles del barrio en papel, o en versión digital, para imprimir, en este blog. Gratis, de todos modos.
Para anuncios, ideas y/o quejas, el teléfono de Agenda es 4911-7729, y el mail, agendaparquepatricios@gmail.com.
Etiquetas: medios
3 COMENTARIOS:
Ahí voy a leer un poco más, ya que no puedo acceder a la versión papel por vivir un tanto lejos...
Espero que lo del "boom inmobiliario" sea solo un humorada. No creo que, por más modernos que sean, deseen vivir en un barrio de altos esdificios alejados del cielo... Porque eso de que los edificios altos son "rascacielos" es una vil mentira de los arquitectos decadentes.
Bueno, aquí vuelvo...
Perdón si sueno a catástrofe, pero si los inversores ha puesto sus dientes y sus colmillos en PP... No creoq ue puedan decidir mucho cómo quieren vivir sin incluir las altas torres "inteligentes" o las viviendas recliadas.
Soy testigo de lo que está ocurriendo en San Telmo, y tengo muchos amigos en Palermo... Cuando las inversoras inmobilirias ponen su primer cartel, el barrio deja de pertenecerle a los vecinos, y pasa a manos de los "nuevos", que solo buscan "un vivr cómodo" para su modo de vida, y eso no incluye a los negocios onda verdulerías, kioskos, almacenes o pequeños supermercados... Lentamente, todo se va volviendo "tienda de diseño" y el sanguche de milanesa pasa a llamarse "emparedado de fina lámina de carne marinada acompañado de tomate, lechuga y aderezo". Ojalá, todavía estén a tiempo y puedan evitarlo. Por el bien de todos.
¿Vos decís que se vienen los Altos de Patricios, o Patricios Park, o Patricios Hollywood?
El otro día leí una nota sobre "Barracas Dulce, y no sabía si llorar de risa o de tristeza. Hay que tener ganas de renombrar los barrios, ¿no? La tilinguería palermitana no tiene límites.
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